A lo lardo de la pequeña historia de este blog nos hemos basado sobre todo en la población adulta a la hora de tratar la ceguera pero ¿qué hay de los niños? La inclusión de esos niños en un colegio ordinario, de las dificultades, del esfuerzo enorme que hacen, qué hay de esos profesores de apoyo que están en clases con ellos para ayudarles... ¿Qué pasa con todo ello? ¿Nadie lo cuenta? Nadie se da cuenta de que esos niños, a los cuales les estamos haciendo un favor (no estoy en contra ni mucho menos) les cuesta un esfuerzo enorme seguir el ritmo de sus compañeros. Porque no es solo asistir a clase como el resto y saberse la materia mientras ellos tienen que hacerse a esas tecnologías adaptadas y al Braille.
Tengamos en cuenta más ese esfuerzo recompensemosle cuando se lo merezca y no tiremos por tierra su trabajo.
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