lunes, 15 de octubre de 2012

Reflexiones

Existe una parte muy importante en las relaciones sociales con las personas con discapacidad y estos son nuestros prejuicios. No tienen porque ser malos, pero de vez en cuando tendemos a evitar ciertas palabras o expresiones por miedo a que a la persona ciega le pueda sentir mal. Y realmente estás provocando lo contrario ya que le estás tratando de forma diferente por su ceguera. El sentido del humor es muy importante en estos casos. Algún día me pondré a escribiros experiencias personales pero como empiece no acabo. Sólo os voy a poner un ejemplo, estar cerca del invidente y girar la cabeza rápido y darle con el pelo, y que la persona ciega te diga: "Ay, que me dejas ciego". Me ha pasado. sólo quiero que está entrada os ayude a entender que los principales causantes de la lástima somos nosotros, no hay que tratar de manera diferente, simplemente adaptar todo para que ellos lo puedan realizar y actuar con normalidad.

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