martes, 9 de noviembre de 2010

La historia de David y Sara

Sara, una joven estudiante de Zumaia (País vasco) estudiaba empresariales cuando tenía 20 años. En una de esas noches universitarias, salió con sus amigas para dar una vuelta por el centro y conocer nueva gente. Pero en un momento dado, sus amigas se fueros con sus parejas y prácticamente la dejaron sola en mitad del bar. Ella, queriendo disfrutar de la noche, decidió conocer gente y se acercó a un grupo de jóvenes preguntando qué tal les iba el día. Empezó a hablar con cada uno de ellos y le sorprendió un chico llamado David, debido a su forma tan extraña y bonita de describirlo todo. Todo le parecía bonito y hablaba de las cosas como si nada fuese negativo. A Sara le gusto mucho su forma de ser por lo que decidieron quedar otro día para hablar y tomar un café.

Era martes el día que los dos jóvenes señalaron para pasar un buen rato juntos. Sara llego primera y se puso a esperarle sentada en una de las mesas del bar elegido. La sorpresa llegó cuando a lo lejos vio a David que llegaba, con gafas negras y un perro de los que ayudaban a los ciegos. Sorprendida y asustada por otro lado, ella le pregunto si era ciego, y él le respondió que sí. Un día, hablando de lo que uno tenía y el otro no, salió el tema de lo que uno podía ofrecerle al otro. David dijo:

"yo puedo ofrecerte una casa enorme, con un jardín verde lleno de flores y plantas y rodeada de un precioso recinto de madera. Puedo ofrecerte una casa con vistas al mar, quedarte mirando las olas rompiéndose con el color del amanecer, ver el sol salir por las mañanas y esconderse por la noche. Puedes sentir las olas que llegan hacia ti y ver como se marchan hacia un lugar perdido"


Sara alucinada por la maravillosa casa que tenía David, le pidió que le invitara para ver y sentir todas las sensaciones de las que hablaba él. Este lo llevó a casa.
Al llegar, Sara vio que la casa era un piso pequeño de dos habitaciones, que en ningún lado había mar y que la ventana esa de la que hablaba David tenía como paisaje el muro de ladrillos lleno de telarañas. Al sentir David que Sara había descubierto que la casa no era tan y como lo describía, le dijo:

"Yo no te puedo ofrecer una casa enorme, ni un jardín verde, pero te puedo ofrecer la imaginación en la que vivo, la alegría que siento en tus ojos, la sonrisa que me imagino en tus labios, la cantidad de imágenes que veo cuando me cojes de la mano, el paisaje en el que creo vivir cuando estoy contigo".

Hoy, David y Sara llevan 8 años casados y pueden presumir de la maravillosa vida que llevan juntos, porque a veces la imaginación supera a la realidad y este es el camino más corto a la felicidad.

Esta historia esta relatada a partir de las experiencias que el mismo protagonista nos contó. Gracias David por darnos a conocer tu historia.

9 comentarios:

  1. Una historia muy bonita... me ha gustado mucho! :)

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  2. Nos enseña a apreciar las cosas nuevas q nos da la vida, una esperanza mas para seguir y valorar en grande lo q tenemos. A mirar la esencia y no las apariencias.
    Mira la esencia de las cosas más que las apariencias

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  3. El mundo iría mucho mejor si existieran más personas como Sara y David.

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  4. Que bonito aitziber.. me ha encantado de verdad =) a parte de que este blog sea algo de la universidad es algo que de verdad mes esta gustando y mucho =)=) de verdad.. esta entrada genial!

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  5. precioso, realmente cierto, si tubieramos más imaginación y apreciasemos más lo que tenemos todos seríamos más felices

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  6. Deberíamos plantearnos las limitaciones que un sentido tan importante como la vista pone a nuestra capacidad de imaginación. Nos acostumbramos a ver las cosas tal y como nuestros ojos nos dicen y no vamos más allá. Hemos perdido la capacidad de imaginar y nos conformamos con asumir como verdadero aquello que que vemos con nuestros ojos. David perdió la vista y otros han perdido la imaginación. Aprendamos de David y tratemos de ir más allá de los límites que nos han dicho que no pasemos.

    Un saludo Aitziber, seguiré tu blog.

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  7. gracias por tu comentario koldo! de verda que nos alegra que te haya gustado! muchas gracias! una saludo

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